El británico Lee Gardner, de 40 años, notó calambres en el estómago y comenzó a vomitar sangre. En las exploraciones realizadas en el hospital veían un objeto con púas. Él no se había tragado nada, no aquel día, pero sí 10 años atrás.
Recordó que se había tragado un tenedor de plástico que ahora le provocaba estos problemas. En su día los médicos le restaron importancia al hecho de haber engullido un tenedor, y lo tranquilizaron diciéndole que eso el cuerpo poco a poco lo hiría expulsando. Desde entonces este hombre se había olvidado del suceso.
“Cuando me lo tragué me dijeron que lo iría expulsando poco a poco de manera natural, así que no me volví a preocupar por ello”.
Ahora sí, le realizaron una operación para extraerlo. Después de 45 minutos, se lo extrajeron, ya algo corroído por los ácidos estomacales.
El cirujano que lo operó comentó:
“Éste es un caso inusual, no solo porque el objeto es un tenedor, sino porque solo tenemos constancia de un puñado de casos como este donde un objeto extraño ha estado dentro de una persona durante tanto tiempo, sin ocasionar daños”.
